La felicidad solo es real cuando se comparte
Cada momento, cada recuerdo, cada camino, cada experiencia tiene mucho más valor compartida con otra persona que vivida a solas. Muchas veces, en la vida de cada uno se aparece la gran necesidad de vivir algo solo. Ser autosuficiente y aprender a conseguir todo sin ninguna ayuda externa. Ser feliz, independientemente de nadie. Ser libre y liberado. Dejar todo para empezar a vivir de verdad. ¿Puede ser que eso sea una rebeldía? ¿Un capricho de la adolescencia? ¿Un momento, un destello que se apaga conforme uno se entera y se de cuenta de que es una locura, según uno madure y reconozca que no tiene sentido vivir las experiencias sin otra persona con la que pueda convivir?
Sin embargo, pienso que es una cuestión discutible. Es depende de la personalidad, el carácter y las circunstancias. De todas maneras, siempre vuelvo a repetir insistentemente que cada uno debería de ponerse a viajar solo, por lo menos una vez en su vida. En primer lugar, hay que saber vivir solo para nunca depender de ninguna persona. Hay que vivir solo para conocerte mejor a ti mismo y apreciar tu intimidad y privacidad, conocer tu valor. Para poder estar compartiendo la vida (= el viaje) con alguien, primero hay que saber vivir solo. ¡Eso sí! Sin duda... ¿Cuántas veces hay que dar vueltas y cuántos kilómetros hay que recorrer para llegar a ésta conclusión? No existe la respuesta exacta a esta pregunta. Cada uno la encuentra a lo largo del viaje de su vida. Eso ya lo sabrá aquel que afronta este problema. Quien busca la respuesta y realmente quiere encontrarla. Aquel quien es abierto y está dispuesto.
Es muy importante reconocer el momento cuando el cambio de rumbo es imprescindible para no caer en la obsesión. Y aunque tengas todo claro y busques el objetivo no puedes ser indiferente a las señales que te manda la vida. Algunas veces los cambios son inminentes y necesarios, no se puede tener miedo de implicarte. Viajando solo encuentras mucha gente que quiere formar parte de tu vida. De cuya parte recibes mucho cariño y con la cual haces unas grandes amistades. Si en algún momento te das cuenta que todo lo que buscabas ya tienes al alcance de tu mano sería injusto, tanto contigo mismo como con los demás rechazándolo por fuerza y estando sordos a todas las llamadas que te manda el destino. Hay que tener los bien ojos abiertos y escuchar lo que sugiere a nosotros el corazón.
Tengo mil recuerdos, me recuerdo de mil historias y experiencias que me llevaron aquí. El destino ha tomado decisiones por mí sin consultar conmigo nada. Me paró y enseñó el futuro...
A ver... Todavía, no hace mucho tiempo cuando tuve todo muy claro (de lo que había reflexionado en mi blog que escribía durante el viaje → https://vueltaaespanaenbici.wordpress.com ). Es decir:
Si no hubiera viajado sola no hubiese conocido tanta gente. Sí, aunque al final, es verdad que eso es depende de las personas con las cuales viajas. Hay gente que te limita porque tiene otro concepto de viajar. De todas formas, hay gente, también, que te permite estar libre, compartiendo contigo, a la vez, tu forma de ser. Puede ser que no hubiera conocido a algunas personas o las hubiera conocido (¿quién sabe?), pero no en las mismas circunstancias. Mi viaje sería distinto, fijo! Pero lo distinto significa peor? ¿Quién lo dijo?
¿¿Sola viajando sola?? ¡¡¡No!!! ¡¡¡Al contrario!!!!
Siempre acompañada. O sino, sí, sola, pero a propósito. Decidiendo cuando quiero disfrutar de la compañía o cuando me apetece quedarme sola con mis pensamientos. Así es cuando te buscas la vida y te dejas conocer por la gente. Algunas veces la encuentras cuando estás desesperado y se aparece para sacarte de algún apretón. Otras veces coincides con las personas que nunca has esperado conocer. Algunas te cambian la vida, marcan tu historia, dejan su huella en tus recuerdos. Te haces menos receloso y empiezas a confiar más en ser humano. Es impresionante, cómo cambias tu opinión sobre la gente durante un viaje... Recuerdo, alguna vez, durante mi viaje, hablando con un amigo por whatsapp, él me dijo: ten cuidado y no confíes en la gente, hay que tener cuidado con los desconocidos, no todo el mundo es bueno.... Claaaro, que no... Pero tampoco podemos exagerar y caer en una obsesión. No se puede percibir solamente la mala parte de la personalidad humana! En realidad, somos buenos, y no deberíamos cerrarnos totalmente a los demás. Por una parte, no es sano por nuestra peculiaridad como seres humanos - desde siempre fuimos sociales y nuestra naturalidad nos llama y empuja a relacionarse. Por otro lado, sin establecer los contactos y hacer las amistades, el viaje perdería cualquier sentido. Su realización sería imposible. Date cuenta de eso, por favor. Hay que aprender recibir la ayuda y el apoyo. No todos lo saben hacer y creedme que no es nada fácil.
Viajando solo te das cuenta que puedes más y aprendes ser más autosuficiente. No te limites. En realidad los obstáculos q aparentemente se aparecen en nuestras vidas existen sólo en nuestro mente. Viajando y sobre todo viajando solo resulta que no hay cosas imposibles. Eres capaz conseguir hacer cada cosa. Solucionar cada dificultad y superar cada contratiempo. ¿Cuántas veces te encontraste en una situación sin salida? ¿Cuántas veces estuviste seguro que no se puede resolver la cuestión y salir airoso del problema? Pues tienes q recordar perfectamente también que tantas veces lo has pensado como lo has solucionado. Simplemente fue otra lección de la vida...
Viajando solo estáis dispuestos a todo, sin duda a más que viajando acompañado. Os preocupáis más por los demás que por vosotros mismos. Por lo menos, así fue en mi caso... Estamos más dispuestos a las cosas que requieren correr más riesgo sabiendo que no amenaza a nadie ningún peligro. Que no le pase nada.
No cabe duda también q viajar solo te abre muchas puertas y los portillos a los corazones de mucha gente. ¿Pero si realmente la clave reside en viajar solo?
En conclusión y bajo mi experiencia personal, lo importante es reconocer a tiempo el momento cuando el viaje a solas debería de convertirse en el viaje compartido. Darse cuenta de que la felicidad plena vale siempre más si la compartes con alguien gracias a haber viajado solo previamente. Al ver la película la cual me impactó mucho y me hizo escribir este post, “Hacia rutas salvajes” (2007), en el que quiero destacar la importancia de percibir este momento en el cual el viaje en solitario pierde fuerza y sentido por haber encontrado a alguien con quien quieres compartir tu mirada y tus sentidos. Disfrutar contigo cada momento y convivir cada instante. Alguien con el cual te vas al fin del mundo porque quizás ese alguien eres tu mismo.